Tengo algo que decirles: el amor vive en todas sus formas

Ferzan Ozpetek nos muestra Italia, más precisamente la ciudad de Lecce: lindisima, con esas callesitas estrechas y adoquines donde una femina, loca como ninguna, le raya el auto a alguien, casi escribiendole un testamento.

Esa misma señorita estaría al día siguiente en la casa de Tomasso Cantone, donde él mediante un breve sonido de copas iba a anunciar su homosexualidad. Teniendo a su madre un poco dominada y un padre que es un MACHO con todas las letras, el único que lo comprende es su abuela, una mujer enamorada de su cuñado muerto. 

 El amor se huele desde el principio, pero hay distintos tipos de : imposibles, furtivos o simplemente soñados. 

Con Tomasso son tres hermanos, él es el más joven, al que dejaron ir a estudiar a Roma administración. Sus otros hermanos hicieron su vida, Elena termino siendo una ama de casa frustrada con dos nenitas que no paran de comer todo lo que se le ponen enfrente, casada con un hombre indeseable e imbécil. Por otra parte esta su hermano Antonio, alto de ojos azules, un caballero que termina siendo la tumba del secreto que guarda Tomasso, eso y que estudio letras, no administración.
Todos ya en la mesa, la abuela, el padre, la madre, la tía, los hermanos y una reunión de negocios con otra familia. Son los primeros pasos de esta comedia absolutamente deliciosa.

Los golpecitos muy amenos que da en la copa Tomasso son interrumpidos por otros de su hermano mayor, que brevemente cuenta una historia. La mesa se queda estupefacta, el padre empieza a reír nervioso como no entendiendo que está pasando... pero todo lo que dijeron esos labios fue verdad y la sorpresa le ataca el corazón tan fuerte que le agarra un paro cardíaco.

En una representación extraordinaria, el padre, se agarra de lo que puede, mientras lentamente cae y encima de él cae toda su vajilla o mejor dicho una metáfora perfecta de cómo se caía su vida a pedazos.

Ahora el menor de los hermanos se va a tener que encargar de todo, de no estudiar administración, de tener un secreto que no puede aguantar más y de comer pasta cruda recién salida del horno.

Es una comedia que mantiene una linda sonrisa en la cara de los espectadores, es suaves pero a veces fuerte: la discriminación y la aceptación, sobretodo lo último, juegan un papel muy importante.

Los secretos que se llevan a la tumba pero siempre lo que queda es el amor, ese que es imposible, que es perfecto, casi soñado, pensado pero nunca consumado. El que nos hace vibrar del solo pensar en él, ese amor está en todo el film.

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